Neuroimagen

Neuroimagen y adicción

«El cuerpo del alcohólico es tan anormal como su mente»

(Alcohólicos anónimos, 1935)

«Creemos… que la acción del alcohol en estos alcohólicos crónicos es la manifestación de una alergia»

 (William Siikworth MD, 1935)

 «La adicción es una enfermedad del cerebro que se puede tratar «

(Nora D. Volkow, M.D., 2008)

Han pasado mas de 70 años desde que se dijeron las dos primeras frases, en la mitad inicial del siglo pasado. Pertenecen ambas, al libro que dio a conocer al mundo el programa de 12 pasos ideado por Bill W y que seria el punto de partida para conceptualizar a la adicción como un problema de salud y no un tema moral. Y es que desde la misma palabra (adicción) empieza el estigma.

Hagamos una mirada a «vuelo de pájaro» sobre la historia de la adicción (que no es lo mismo que la historia de la droga)  En los primeros años de la Roma clásica, antes de que venciera a Cartago, antes de que conquistara toda Grecia y Asia menor;  y mucho antes de que se volviera imperio, existían ciertas leyes bastante duras, que aplicaban para los ciudadanos de la entonces ciudad estado. Una de ellas hacia que, aquel que debiera y no pudiera pagar, seria atribuido a su acreedor. El hombre libre deudor, dejaba de serlo para ser posesión del acreedor.  (Hay del deudor si tenia varios acreedores, pues podía ser despedazado para entregarlo por partes a los mismos…)  Entonces se volvía un addictus quien debía trabajar para su nuevo dueño. No duro demasiado esta ley y en épocas mas recientes (el Imperio) no existía ya la figura del addictus. Pero  el termino quedo, y paso nuestras lenguas romances, asociándolo a alguien que es incondicional a otro  y luego a algo. Sentencias como «Es muy adicto al rey» o » Es un adicto a la música clásica» implicaban que voluntariamente una persona estaba vinculada a una persona o cosa. No tardo en decirse «es adicto a comer opio» o «es adicto a beber éter».  Así el consumo era una elección, donde el carácter moral de las personas aparecía al seguir escogiendo el alcohol, el opio o el haschis  a pesar de las consecuencias negativas que habían vivido.  El texto de el Dr Silkworth en el libro «Alcohólicos Anónimos» resulta  el primer esfuerzo para entender el no control voluntario sobre la conducta de consumo. El buen médico especulaba, en los años 30 del siglo pasado, que era una alergia lo que hacia que este tipo de personas «no pudieran acercarse con seguridad al alcohol».  En 2008, la Dra Nora Volkow afirmaba – y aun lo hace – que la adicción es una enfermedad del cerebro y al igual que otras enfermedades implica una falla en el funcionamiento normal del órgano.  ¿Cómo puede afirmarlo con tanta certeza?  Ella – y todos los que nos dedicamos al estudio de la adición – podemos ver las evidencias de este cambio en el funcionamiento mediante técnicas de neuroimagen.

Dr. Nora Volkow (Imagen: Wikimedia Commons)

La radiología apareció a finales de 1895, cuando Röntengen describió la capacidad de los rayos X para ver estructuras internas del cuerpo humano (en ese tiempo huesos), a través de la carne sin tocarla. (Patuzzi, 2012) Ver las estructuras blandas con igual detalle llevaría algo mas de tiempo, hasta los años 70 del siglo 20, cuando  Cormark & Honusfield  desarrollaron el primer prototipo de tomógrafo, con lo que se pudieron ver imágenes de las estructuras blandas del cuerpo, incluido el cerebro. Así nació la neuroimagen estructural que permite ver fotografías pasivas de el órgano y detectar anomalías en el mismo. El ultimo paso fue la aparición de la neuroimagen funcional, donde no solo se pueden ver estructuras, sino el funcionamiento de las mismas (al registrar los cambios del metabolismo, del volumen sanguíneo, de la acción de los fármacos sobre los receptores de las células nerviosas, etc). Y fue mediante estas técnicas que se logro la evidencia de donde y como esta fallando el funcionamiento cerebral. Dos técnicas importantes son:

– Resonancia Magnética Funcional. La resonancia magnética se basa en el principio de que los núcleos de los átomos pueden absorber y emitir energía al ser estimulados por una señal de radiofrecuencia, si se encuentran en un campo magnético intenso. Al poner a una persona en el centro de un campo magnético intenso (como los gigantescos electroimanes que componen los aparatos de RM) sus átomos se alinearan de acuerdo a dicho campo, al emitir una señal de radio frecuencia, dichos átomos  responderán absorbiendo la energía de las ondas de radio y al  regresar a su estado anterior emiten energía en forma de fotones, donde los diferentes tejidos (hueso, musculo, tejido nervioso, etc) responden de diferente maneras, que pueden ser leídas por una computadora, en base a lo cual esta construye una imagen de diferentes intensidades.  Esta imagen es estática. Sin embargo en los años noventa se descubrió el llamado “Efecto BOLD”  (por Blood Oxigenation Level Dependent) donde se observó que la sangre rica en oxígeno y la que carece de oxígeno,  genera cambios pequeños en la señal recibida por la computadora. Esto permite detectar cambios en el flujo sanguíneo del cerebro, al distinguir las concentraciones de oxihemoglobina y desoxihemoglobina, mientras se realiza una tarea o un proceso cognitivo

– Tomografía por emisión de positrones. Esta técnica usa antimateria. La antimateria no es un invento de la ciencia ficción, es muy real y su descubrimiento se lo debemos a Paul Dirac, quien la intuyo al estudiar una ecuación matemática, que tenia dos posibles resultados, uno positivo y otro negativo. Luego se comprobó experimentalmente su existencia. La antimateria es idéntica a la materia normal, salvo que sus partículas elementales tienen la carga eléctrica opuesta.    Si la materia y la antimateria se tocan… bueno se destruyen mutuamente generando rayos gamma (un tipo de luz invisible a la vista pero de altísima energía).  Hay isótopos  radiactivos (también llamados radio-isotopos) que al descomponerse emiten positrones (que es la partícula de antimateria  equivalente al electrón, pero de carga positiva). Si a una persona se le administra (por vía intravenosa o inhalada) una molécula orgánica (como un azúcar del tipo de la glucosa, agua, algún fármaco o antagonista) marcada radiactivamente con un isotopo que emite positrones, estos se van a aniquilar al entrar en contacto con los electrones, en el proceso emiten dos fotones de alta energía. Esos fotones son detectados por un aparato y una computadora puede detectar donde están emitiéndose esos fotones. La cantidad de átomos afectados es minúscula comparada con el total que tiene, no digamos el cerebro entero, sino una sola neurona. Así al detectar donde salen mas de estos fotones se infiere que ahí hay mas de esa sustancia inyectada marcada radiactivamente. Por ejemplo: Si se quiere saber donde se consume mas glucosa en el cerebro, se administra a una persona glucosa marcada misma que se encontrara mas donde mas se le use y ahí se detectara mayor cantidad de  fotones. Entonces en esa área se esta utilizando mas energía. Y sirve para marcar radiactivamente multiples sustancias, no solo azúcares, también drogas o sus antagonistas.

dopamine_d2_receptors_in_addiction

Detección de receptores a Dopamina tipo 2 (DDR II) en usuarios de diferentes sustancias psicoactivas y su comparación con sujetos sanos, mediante la técnica de PET

Mediante estas dos técnicas, y otras mas, se han encontrado importantes datos que sostienen el dicho de Nora Volkow. Asi se han mapeado las áreas y vías cerebrales que intervienen en el propio proceso adictivo, además de conocer que ocurre en el cerebro tras un consumo agudo en personas usuarias frecuentes, como funciona el cerebro en la etapa de supresión o abstinencia y cuando se vive la experiencia subjetiva que llamamos Craving (Deseo imperioso de consumo).  Se han encontrado que ha cambios neurofisiológicos reversibles y otros irreversibles, pero ambos tipos pueden empezar a explicar la sintomatología y alteraciones en el pensamiento y por tanto en la conducta de los afectados por la enfermedad de la adicción.

Los hallazgos específicos para cada sustancia en particular y en el cerebro adicto en general (incluidos los cambios en el cerebro de jugadores compulsivos actualmente conocidos como adictos al juego) serán tema de otro articulo mas adelante. En tanto baste recordar que a diferencia de Silkworth, hoy en dia tenemos mas que suposiciones afortunadas sobre el porque existe y como se da el fenómeno de la adicción a sustancias e inclusive adicción a procesos. Estas técnicas nos permitirán seguir explorando los secretos del cerebro, en particular del cerebro adicto, para poder diseñar mejores tratamientos tanto farmacológicos como psicoterapéuticos y quizá un día poder curar la enfermedad adictiva, hoy por hoy incurable, crónica y mortal.

Referencias

Alcohólicos anónimos. (1986) (1st ed.). México, D.F.

Las drogas, el cerebro y el comportamiento: La ciencia de la adicción. (2008) (1st ed.). Retrieved from https://www.drugabuse.gov/sites/default/files/soa_spanish.pdf

Patuzzi, J. (2012). La historia de la radiología (1st ed.). Vienna, Austria: Sociedad Europea de Radiología. Retrieved from http://www.internationaldayofradiology.com/wp_live_idor_uai3A/wp-content/uploads/2013/10/IDOR_2012_Story-of-Radiology_SPANISH.pdf

Ruiz Sánchez de León, J. & Pedrero Pérez, E. (2014). Neuropsicología de la adicción (1st ed.). Madrid [etc.]: Panamericana.

Scanner, C. (2016). La Tomografía computada: principios e historia de su desarrollo – Grupo C.T. ScannerGrupoctscanner.com. Retrieved 2 December 2016, from http://grupoctscanner.com/la-tomografia-computada-principios-e-historia-de-su-desarrollo/